Ya que ellas sólo existen en la ficción, está "Prohibido Creer en Historias de Amor".
Después de tantos meses lo mío no debería ser saludar con un simple hola o buenos días. Hoy quiero hablar un poco sobre lo que es el amor. ¿Qué es el amor? les pregunto yo a ustedes.
En mis cortos 17 años de vida he aprendido que el amor no siempre es lo que creemos, imaginamos y llega cuando menos lo esperamos. El amor no puede estar limitado a ser muestras de afecto entre dos seres humanos (sin importar su raza, su género, su credo, etc.), el amor está en todos lados.
Para los griegos existían tres clases principales de amor entre la gente: Ágape: viene de la palabra griega ἀγάπη, que significa afecto o amor. El amor Ágape es el amor incondicional, que se protegen mutuamente, que no esperan nada a cambio de lo que entregan: se entregan a sí mismos. Eros: proviene del griego ἔρως, que significa, literalmente, "amor sexual". El eros representa la pasión desenfrenada que salvó y condenó a tantos a través de la historia, es el deseo que mueve pueblos y personas a la guerra (como lo hicieron en Troya), o llega a terminarlas (como en Romeo Y Julieta). Y para terminar está Filia: proviene del griego φιλία. Esta clase de amor es el amor de familia, además de los lazos que se forman con los amigos: la familia que elegimos.
Hago todo este esquema para mostrar que no existe solamente una clase de amor, que éste lo podemos encontrar en cada esquina de nuestra vida y cada relación que tenemos. El amor romántico, el amor a nuestros amigos y familia, el amor que le tenemos a lo que nos rodea y, a veces, a nosotros mismos. No necesitamos de una historia como la de Noah y Ellie en Diario de una Pasión para que la nuestra sea una relación digna de contar y recordar. Esto es lo que Javier Ruescas nos intenta decir en su última novela en solitario: Prohibido creer en Historias de amor.
En 320 páginas, el escritor español Javier Ruescas (del cual ya he hablado en el blog) nos presenta su más reciente historia, producto de —como él lo menciona en los agradecimientos— seis años de trabajo de investigación y escritura.
Prohibido Creer (como nos referiremos al libro en esta entrada) nos habla de Calipso, una chica de 17 años cuya vida no tiene una pizca de normal. Casi que toda su adolescencia ha transcurrido frente a una cámara y ya no sabe en su casa qué es real y qué no lo es. Su vida es, obviamente, aparentemente perfecta: su familia gana dinero por el canal en YouTube y los patrocinios, sus mejores amigos (Tesa y Silas) también son exitosos en las redes sociales, y su novio Gerard es el vlogger del momento (para poner algún ejemplo, algo así como Sebastián Villalobos en sus años dorados). ¿Quién no querría todo lo que ella ya tiene? Es ahí donde aparece Héctor, un muchacho con problemas y una historia más interesante y sentida de lo que imaginamos.
En un principio el libro puede parecer una historia de romance juvenil cualquiera, pero viniendo de Javier Ruescas siempre obtendremos lo que menos esperamos. En esta novela, el escritor español —me atrevería a decir que de esta generación— nos presenta una apuesta diferente e innovadora que no se queda en un encuadre plano y sin giros, sino que nos deja ver todos los puntos y escenarios posibles, habla de problemas reales con una naturalidad que sorprende al lector hasta cierto punto.
Compré este libro en la FILBo de este año con mucha ilusión, ya que Javier Ruescas es uno de mis autores favoritos desde que lo conocí en 2016 con "El (Sin) Sentido del Amor", su estilo suelto, natural y personal me envolvieron desde el primer momento y no me he cansado ni un poco de sus palabras y el tono narrativo.
En Prohibido Creer, Ruescas vuelve a introducir una temática que había tratado con maestría en su trilogía Play: la fama. Antiguamente la fama podía llegar a ser un monstruo de mil ojos que perseguía a los pillos y embusteros de por vida, era considerada una maldición. Curiosamente, en esta época moderna es una de las cosas que la gente más anhela y haría cualquier cosa por obtener (lo vimos, en los libros de Ruescas, con Leo —en la trilogía Play— y lo veremos ahora con Román —que está siempre con Gerard por la fama que este le puede traer—). Este libro no sólo nos muestra la otra cara que usualmente se oculta detrás de la perfección, sino que nos da un vistazo al deseo de libertad, de una vida fuera del ojo público, de un futuro en el que ella pueda escoger cada aspecto que la concierne... Esa libertad aparece con un nombre: Héctor. Un muchacho que llega sin una razón aparente, que hace que Cali sienta cosas que hace mucho tiempo no creyó poder sentir.
El libro está narrado desde el punto de vista de Cali, pero hay casi una polifonía en la cual nos hacemos a una idea de qué sucede con todas las personas que la rodean, aunque siempre será un misterio para nosotros la escena entera: nunca lo podemos ver todo a la vez.
En cierto punto la historia se me hizo muy genérica: chica con una vida perfecta no quiere ser parte de ella más, chica conoce a chico con problemas, chico se muestra reacio, pero después le muestra su parte vulnerable, chica y chico se enamoran, algo los separa, pero siempre hay un final feliz... Aunque, por favor, es Javier Ruescas del cual estamos hablando: nunca se quedará en lo que esperamos.
Ruescas nos da una mirada objetiva y concreta de qué es querer desaparecer, de qué es querer cambiar tu destino, de qué es querer querer... No tiene miedo de hablar sobre temas que pueden ser considerados polémicos, no da espacio a una fingida "mesura" o recato, es libre, es joven, es fresco.
Prohibido creer en historias de amor es una novela fresca que no se queda en los roles de las historias de amor, sino que los rompe e innova, le da un nuevo espacio a la memoria, al origen y al futuro. Recomendadísima para cualquier persona que esté interesada en leer algo diferente, algo ligero, pero significativo.
No tengan miedo de soñar, de amar, de querer algo, de llegar más lejos, de ser quienes quieran ser. Ustedes se definen, nadie más les puede decir quienes son ni qué deben hacer, ustedes les dicen.
En mis cortos 17 años de vida he aprendido que el amor no siempre es lo que creemos, imaginamos y llega cuando menos lo esperamos. El amor no puede estar limitado a ser muestras de afecto entre dos seres humanos (sin importar su raza, su género, su credo, etc.), el amor está en todos lados.
Para los griegos existían tres clases principales de amor entre la gente: Ágape: viene de la palabra griega ἀγάπη, que significa afecto o amor. El amor Ágape es el amor incondicional, que se protegen mutuamente, que no esperan nada a cambio de lo que entregan: se entregan a sí mismos. Eros: proviene del griego ἔρως, que significa, literalmente, "amor sexual". El eros representa la pasión desenfrenada que salvó y condenó a tantos a través de la historia, es el deseo que mueve pueblos y personas a la guerra (como lo hicieron en Troya), o llega a terminarlas (como en Romeo Y Julieta). Y para terminar está Filia: proviene del griego φιλία. Esta clase de amor es el amor de familia, además de los lazos que se forman con los amigos: la familia que elegimos.
Hago todo este esquema para mostrar que no existe solamente una clase de amor, que éste lo podemos encontrar en cada esquina de nuestra vida y cada relación que tenemos. El amor romántico, el amor a nuestros amigos y familia, el amor que le tenemos a lo que nos rodea y, a veces, a nosotros mismos. No necesitamos de una historia como la de Noah y Ellie en Diario de una Pasión para que la nuestra sea una relación digna de contar y recordar. Esto es lo que Javier Ruescas nos intenta decir en su última novela en solitario: Prohibido creer en Historias de amor.
En 320 páginas, el escritor español Javier Ruescas (del cual ya he hablado en el blog) nos presenta su más reciente historia, producto de —como él lo menciona en los agradecimientos— seis años de trabajo de investigación y escritura.
Precio: 43.000 COP. Panamericana y Librería Nacional. |
En un principio el libro puede parecer una historia de romance juvenil cualquiera, pero viniendo de Javier Ruescas siempre obtendremos lo que menos esperamos. En esta novela, el escritor español —me atrevería a decir que de esta generación— nos presenta una apuesta diferente e innovadora que no se queda en un encuadre plano y sin giros, sino que nos deja ver todos los puntos y escenarios posibles, habla de problemas reales con una naturalidad que sorprende al lector hasta cierto punto.
Compré este libro en la FILBo de este año con mucha ilusión, ya que Javier Ruescas es uno de mis autores favoritos desde que lo conocí en 2016 con "El (Sin) Sentido del Amor", su estilo suelto, natural y personal me envolvieron desde el primer momento y no me he cansado ni un poco de sus palabras y el tono narrativo.
En Prohibido Creer, Ruescas vuelve a introducir una temática que había tratado con maestría en su trilogía Play: la fama. Antiguamente la fama podía llegar a ser un monstruo de mil ojos que perseguía a los pillos y embusteros de por vida, era considerada una maldición. Curiosamente, en esta época moderna es una de las cosas que la gente más anhela y haría cualquier cosa por obtener (lo vimos, en los libros de Ruescas, con Leo —en la trilogía Play— y lo veremos ahora con Román —que está siempre con Gerard por la fama que este le puede traer—). Este libro no sólo nos muestra la otra cara que usualmente se oculta detrás de la perfección, sino que nos da un vistazo al deseo de libertad, de una vida fuera del ojo público, de un futuro en el que ella pueda escoger cada aspecto que la concierne... Esa libertad aparece con un nombre: Héctor. Un muchacho que llega sin una razón aparente, que hace que Cali sienta cosas que hace mucho tiempo no creyó poder sentir.
El libro está narrado desde el punto de vista de Cali, pero hay casi una polifonía en la cual nos hacemos a una idea de qué sucede con todas las personas que la rodean, aunque siempre será un misterio para nosotros la escena entera: nunca lo podemos ver todo a la vez.
En cierto punto la historia se me hizo muy genérica: chica con una vida perfecta no quiere ser parte de ella más, chica conoce a chico con problemas, chico se muestra reacio, pero después le muestra su parte vulnerable, chica y chico se enamoran, algo los separa, pero siempre hay un final feliz... Aunque, por favor, es Javier Ruescas del cual estamos hablando: nunca se quedará en lo que esperamos.
Ruescas nos da una mirada objetiva y concreta de qué es querer desaparecer, de qué es querer cambiar tu destino, de qué es querer querer... No tiene miedo de hablar sobre temas que pueden ser considerados polémicos, no da espacio a una fingida "mesura" o recato, es libre, es joven, es fresco.
Prohibido creer en historias de amor es una novela fresca que no se queda en los roles de las historias de amor, sino que los rompe e innova, le da un nuevo espacio a la memoria, al origen y al futuro. Recomendadísima para cualquier persona que esté interesada en leer algo diferente, algo ligero, pero significativo.
No tengan miedo de soñar, de amar, de querer algo, de llegar más lejos, de ser quienes quieran ser. Ustedes se definen, nadie más les puede decir quienes son ni qué deben hacer, ustedes les dicen.
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